#SalvemosBubal


Permitidme confesarlo: Estoy triste. 

El Ministerio de ¿Educación? ha decidido eliminar el Programa de Recuperación y Utilización Educativa de Pueblos Abandonados. En España hay miles de pueblos donde ya no vive nadie. En tres de ellos, al menos, existía hasta ahora un Programa de Recuperación y Utilización Educativa, en marcha desde hace 29 años. En cuatro turnos cada verano, se convocaban becas para jóvenes con las que, además de reavivar estos pueblos, se fomentaba la solidaridad, cooperación y respeto por la naturaleza y el mundo rural. El MECyD ha decidido ahora eliminar también este programa, condenando a un segundo y definitivo abandono a Búbal (Huesca), Granadilla (Cáceres) y Umbralejo (Guadalajara). Un maravilloso programa de voluntariado que no merece perderse. Intentémoslo juntos :D

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte: Que no se elimine el Programa educativo de Pueblos Abandonados
Yo tuve la suerte de poder participar en el primer turno del verano 2011 en Búbal. En este caso, había sido el agua la que acabó con el pueblo: Al construir en embalse de Búbal quedaron inundadas las tierras más fértiles de la zona, relegando las huertas a unas pocas terrazas en terrenos escarpados. Los bubalinos, indemnizados, decidieron irse a otra parte. El pueblo fue abandonado hasta que este programa, de mano del entonces Ministerio de Vivienda y de Educación, fue puesto en marcha. Ahora, también nos lo quieren quitar.



¡¡De antemano muchísimas gracias!!
¡Tenemos hasta el 4 de marzo! 
Peticiones:
www.change.org/es/peticiones/ministerio-de-educaci%C3%B3n-cu…
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ENCODE: Encyclopedia of DNA elements

 Nivel: pelín avanzado

Hace algunas semanas tuve la oportunidad de preparar un seminario sobre este proyecto, y después de leer varios papers sobre el tema, he querido traer a tres14 algunos datos que este mastodóntico consorcio, que ha aglutinado desde 2007 a cientos de investigadores de todo el globo [1] , ha arrojado sobre nuestro genoma. Estoy hablando de ENCODE (ENCyclopedia Of Dna Elements):


Se han mapeado no sólo las regiones del genoma que codifican para proteínas, sino también todas aquellas regiones que se transcriben a RNA no codificantes, sitios de unión de factores de transcripción, o sitios de modificaciones químicas (metilaciones sobre todo) tanto a nivel de DNA como a nivel de las proteínas histonas en las que se encuentra engarzado en los cromosomas. Regiones de cuyo funcionamiento y organización sabíamos poco o nada. ¿El objetivo? Caracterizar todos los elementos funcionales encriptados por nuestro genoma, es decir, todos aquellos elementos que codifican para un producto (RNA o proteínas) o bien que guardan una estructura específica y reproducible (como la heterocromatina).

Haciendo números:
  • 20687 genes codificantes para proteínas
  • ...constituyendo sólo el 3% (2.94%) de nuestro genoma!
  • 11224 pseudogenes: secuencias originadas a partir de un gen activo pero que ya no tienen actividad
  • 80.4% de nuestro genoma cubierto por al menos un "elemento funcional" caracterizado... lo cual significa que a esta enorme proporción del genoma humano, que hasta ahora considerábamos literalmente "basura" (junk DNA) se le ha podido asignar al menos una función bioquímica!


Se ha visto, por ejemplo, que los patrones de modificación química de las histonas varían mucho a lo largo del genoma, algo coherente con cambios en la actividad transcripcional diferente entre unas regiones y otras. De hecho, se han tabulado potenciales funciones asignadas a cada modificación química concreta, pongamos, una acetilación o metilación en una región específica de una histona tipo H3.

Se han descubierto también cientos de interacciones entre regiones muy separadas en el cromosoma, incluso distantes por cientos de pares de bases. Suma y sigue de regiones que, sin codificar para un producto concreto, sí son cruciales en la regulación de la expresión de nuestros genes. De hecho, parece que la regulación es más importante que los propios genes, o al menos tiene más espacio dedicado en el genoma. Esto dibuja una maraña de fibras de DNA interconectadas entre sí en los cromosomas, formando una red, y además específica para unos tipos celulares y otros.

El proyecto, apoyado en otros de menor envergadura, también hace sus pinitos en el estudio de las variantes genómicas asociadas con enfermedades humanas. Se ha descubierto que a menudo las minúsculas variaciones (SNPs, single nucleotide polimorphisms) responsables de estas enfermedades no caen en las regiones codificantes sino precisamente fuera, en esos rincones de nuestro genoma de los que no sabíamos casi nada, y es ahí donde ENCODE entra en el juego. El hito aquí es ser capaces de asignar cada variante posible del genoma a su impacto en la salud humana, dando una nueva dimensión al estudio de las enfermedades con base genética, cáncer, enfermedades raras...


Hace cosa de una década el Proyecto Genoma Humano (HGP, Human Genome Project) escribió la secuencia de un genoma humano 'tipo' en 3000 millones de pares de bases. Varios libros escritos con cuatro letras: G, T, C, A. El pasado otoño, el consorcio ENCODE lanzaba simultáneamente unas 30 publicaciones para dar a conocer las conclusiones de este estudio, que ha conseguido traducir los millones de letras de nuestro genoma en funciones biológicas. Pero hay mucho por descubrir todavía. The best is yet to come!


Referencias:

ResearchBlogging.org
 The ENCODE Project Consortium (2012). An integrated encyclopedia of DNA elements in the human genome Nature, 489 (7414), 57-74 DOI: 10.1038/nature11247

The ENCODE Project Consortium (2011). A User's Guide to the Encyclopedia of DNA Elements (ENCODE) PLoS Biology, 9 (4) DOI: 10.1371/journal.pbio.1001046
 
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[1] Entre ellos el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) de Madrid, o el Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona. Lo digo por aquello de la "marca España"...

Declaraciones de amor


¿Habías leído alguna vez un paper que termine con palabras de amor? ¿No, eh?
Bror Strandberg

Acknowledgements
I thank Georgina Ferry for reading and correcting my original draft of this manuscript, and Sheryl Kelly for help in its preparation for publication. 1959 was both a year of joyful discovery and a year of domestic problems for me. I remain enormously grateful to Lola and Dick Dickerson for their extremely kind and generous help without which I would not have been able to do the work described in this article. Similarly, the concern of Max and Ann (Cullis) Kennedy for my welfare remains an overriding component of my memories. Although Max was not initially a fan of computerized technology, he was always willing to search for ways to satisfy my appetite for what I deemed necessary within reasonable financial limits. I also thank David Blow for the fun years we had together, as well as my two “computer girls” Jill (Collard) Dawes and Angela (Campbell) Mott for their outstanding technical help and lifelong friendship. Finally and most importantly, I thank my wife Audrey for her faithful loving support in the face of strong competition from science, my other love.
Iba a hablar de un personaje de la farándula furgolera que decía que "no somos científicos, no somos tan fríos”, pero hoy veníamos a hablar de amores.

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Referencia:
 
 Bror Strandberg, Richard E. Dickerson and Michael G. Rossmann (2009) 50 Years of Protein Structure Analysis J. Mol. Biol. 392, 2–32.  DOI: 10.1016/j.jmb.2009.05.024 [Vía mi profe de Estructura de Macromoléculas]